Solo sé amar de una manera, sin
términos medios, ni tibieza, sin escatimar, sin dudas o alternativas,
quedándome con nada para dar todo.
He vivido para mi desgracia pocas vidas donde he amado, las
cambiaría todas, las pasadas y las futuras, por una vida en la cual, solo se
viviera y se respirara amor.
Veo los minutos pasar y sigues
sin estar a mi lado, después pasan las horas y no solo no te veo a mi lado,
ahora te alejas, te veo distante, hacerte pequeña a mis ojos, hasta que pasan
los días y ya no te veo más. Y lo que es peor, tu pacto con la luna y con el
sol, impiden que yo tenga noticia tuya, su silencio es inquebrantable igual que
tu orgullo.
La gente de hoy pretende hacer
del amor algo efímero, algo sencillo y pragmático, no sé, siempre he odiado los
clichés pero, a pesar de que es algo sencillo, quizá porque soy complicado o
terco, me gusta verlo como un reto, como un desafío, puede ser porque sé que
vale la pena y nunca lo que vale la pena es sencillo, pero a su vez, trae
consigo bastante felicidad y la felicidad se encuentra a la vuelta de la
esquina, no la he querido visitar, pero sé que está cerca, entonces, quizá sí
sea sencillo y lo complico yo.
No tanto con malicia o dolo, es
más una mezcla de inexperiencia por no llamarlo torpeza y duda, pero yo no amo
con dudas ni con alternativas, entonces la pregunta emerge ¿te amo? Y giro mi
cabeza, miro sobre mis hombros, el pasado, los recuerdos, la ambivalencia de
tus ojos y el martirio de tus labios y me respondo a mi mismo, que no sé, pero
yo creo que sí sé, que me miento y para mi desgracia tengo tendencias
mitómanas.
No puedo evitar levantarme cada
día y creer que será diferente, quizá la melancolía se decida a abandonarme uno
de estos días, quizá mis nostalgias dejen de manifestarse en los espejos cuando
los miro, la soledad dejará de buscarme en las noches buscando un rincón en mi
cama, entre los sueños brutos y las carencias del cuerpo.
Además de todo, este amor, el
cual sé que siento, no sé si por ti, por mi, por ellos o por las máscaras que
todos usamos, es un amor violento, es salvaje, no me gusta establecer normas
aunque se pierdan las formas, me gusta sujetarte y golpearte con mis labios,
pero a su vez me gusta nadar delicadamente debajo de su piel y doblar a la
izquierda en la esquina de tu intimidad, me gusta nadar con tu alma, ese juego
en el que abandonamos el cuerpo y viajamos, pero eso sí, aunque pareciera que
uno se siente lleno en nuestros viajes cotidianos, no siento tan plena y
satisfecha mi alma como cuando jugamos con nuestros cuerpos, ya sabes, esas
veces que te gusta robarte mi aliento.
Pero no me hagas mucho caso, yo
no sabría nada de esto, son puras especulaciones, pues lamentablemente, no he
comprometido lo suficiente a la vida conmigo, para que me permita amarte a ti.
Azuré
No hay comentarios:
Publicar un comentario