domingo, 30 de junio de 2013

Aeropuertos

Usualmente me parece molesto esperar, me incomoda y me impacienta el tener que estar sujeto a plazos o términos, en la incertidumbre, en la expectativa, lo peor es cuando me ciclo en un pensamiento, es como un remolino o una espiral, te lleva cada giro pareciera que te acerca más al centro pero te ahogas entre líneas esperando llegar a la respuesta, te ahogas en el recuerdo con el que están forjadas las paredes del laberinto en forma de espiral.

Esperar a que llegue tu vuelo o esperar a la persona que llega de un viaje de sueño, o quizá de lo que pensó que sería su sueño, independientemente de ello, la espera impacienta.

Me gustaría poder hablar con los aeropuertos, así como los cementerios inspiran energías fuertes a la mayoría de las personas, a mi los aeropuertos me cuentan historias, me hablan, sin embargo solo cuentan lo que quieren decir, nunca me dan las historias completas y cuando les quiero hacer preguntas o les quiero pedir que sigan, tienen que reportar con sus emisiones para que lo demás vuelos despeguen o lleguen, me hace pensar que pudiera ser yo el causante de los retrasos de los vuelos, ya saben debe de ser horrible ver tantas historias y no tener a quién contárselas, al darse cuenta que los escuchaba eso los incitó a hablarme más de lo que sucede en sus terminales y recepciones.

El aeropuerto es el único lugar donde me gusta esperar, no sé, siento que tantas historias y emociones viven atrapadas esperando ser contadas por los aeropuertos, acumulándose en la espera de que llegue alguien más que les quiera escuchar lo que tienen que decir.

Los besos no dados, los abrazos prolongados, las lágrimas rodadas, las despedidas incómodas, los tormentos ajenos, en fin, todo causado por cruzar una simple terminal, debe de haber días en los que es horrible ser un aeropuerto y otros en los cuales la dicha de reunir a quienes se aman extasía al máximo a dichos inmuebles.


En fin, la próxima vez que vaya a un aeropuerto estaré listo con mi libreta para apuntar las historias que me tienen que decir, esta última ocasión me quedé por terminar un reencuentro de un matrimonio separados por el cáncer, al fin se vieron después de cuatro años, solo pudo mandarla a ella y no acompañarla por tener que mandar dinero diario para las terapias, que la falta de un solo pago la expulsaban del hospital, dicen que trabajó de lunes a domingo de cinco de la mañana a once de la noche sin descanso, bien me gratifica decirles que ella ya está curada, pero no me contó de cómo fueron sus caras cuando se volvieron a ver.

Azuré

Oda a una pasión

Hace tiempo que todo lo que escribo es para vos y sobre vos, llegaste como musa a recaer en las palabras y los pensamientos del poeta. Donde quiero que terminen tus labios, es donde empiezan a emanar las palabras que hablan de ti.

Quizá mi pecado sea el carecer del léxico requerido para describir la mirada impetrante de tus ojos, es como si al mirarme reposaran y recorrieran toda mi alma, paseándose hasta por el último rinconcito de la misma, lo que el lienzo siente al ser acariciado por el pincel, es lo que siento en mi alma cuando tus ojos nadan en ella.

El insomnio es el aditivo de la pasión, solo que al unirlos no se forza la inspiración, esa la haces tú solita, basta que te muerdas el labio inferior cuando piensas o que quede cautivo en el juego entre tu mano y tu cabello, negro como la noche o como la soledad.

A veces te conviertes en la brisa de las noches, bailas con el viento y te llevas a las hojas de los árboles, los haces bailar a tu ritmo en tu espacio, encantándolos con tu aliento, cálido y reconfortante aunque sea pleno otoño, esa brisa que arrulla, la que vela por los buenos sueños en la noche.

También sabes ser café, caliente y humeante, en las mañanas definitivamente eres el café que brota de los granos tostados bañados en miel, una segunda energía, un nuevo aire al amanecer.

En el día eres como el sol, pues tu luz brilla por sobre todas las cosas, aunque alguna nube pueda amenazar con tormenta o inclusive con chispear, al menos el calor se hace presente, no es algo efímero, es una sensación que te resguarda durante el día, haciéndome recordar, que hay unos labios rojos que son mi deleite y me gusta admirar.

Sin embargo me gustas más como el viento de las noches, en tu forma de brisa, te ves más sutil y poco manejable, impredecible y alucinante, cuando tu consistencia está hecha del mismo material que están hechos los suspiros.


Si se cierran los ojos en una noche despejada, cuando todas las estrellas levantan el telón, se puede escuchar tu canción en el viento, para algunos pudiera sonar como un canto suicida, pero realmente es una melodía que trae nueva vida.


Azuré

domingo, 16 de junio de 2013

Misterios

Hay un silencio microscópico, es tan chiquito  que se pierde en las voces y en los sonidos ambientales, justo cuando ese silencio se posa entre nosotros es cuando más te hablo y más me hablas, es algo mínimo, tres quizá cuatro segundos, pues siempre hay algo que decir, sin embargo cuando me percato de ello, observo como con una delicadeza sublime ese silencio hace de las suyas, permitiendo con sutil vehemencia un intercambio de miradas.

De hecho es casi indistinguible, pues todo el tiempo las personas estamos viendo, siempre precavidos de lo que suscita a nuestro alrededor, incluso posar la vista sobre cualquier persona indeterminada, esos momentos esporádicos en los que simplemente ves un horizonte ficticio, dibujas una línea imaginaria cuando pierdes la vista con tus ojos, pensando.

Las miradas son distintas, las miradas nacen y existen por el silencio, parecieran intencionales, pero en realidad ellas escogen a las personas, les regalan esos cuatro segunditos que parecieran una eternidad en la cual las miradas hablan todo lo que no saben como pronunciar.

La característica que más la distinguiría sería que la vista se pierde cuando quieres perder el pensamiento, divagar, en cambio la mirada siempre es de amor.

Dicen que tiende a ser incómodo, que es un momento en el cual ya no hay más que decir, siempre se ha hablado del silencio como un enemigo o un desencanto,  yo creo que se dice en esos momentos lo que el alma quiere exhalar. La voz no sabe como traducir ciertos lenguajes del alma. 

Una zona misteriosa, es un enigma casi tan grande como el de tus labios, pero realmente el misterio es lo que se dice, ¿Qué se dice?, será una necesidad, un cariño, una invitación, pudiera ser una infinidad de cosas, el misterio radica en la recepción. La mirada se emite, se envía, viaja y se recibe, puede ser entendida a la perfección o puede ser como un teléfono descompuesto. No existen muchos estudios de las miradas, la verdad no se necesitan. Hay lugares y zonas donde la labor intelectual contrario a la creencia popular, se tiene que dejar al corazón y no al común denominador.

Es una estructura, por eso los ojos son la ventana del alma.

¿Me preguntas por la risa? Bien, es algo distinto, la risa es el sonido del enamoramiento. ¿Que cómo lo sé? No lo sé, pero el querer que ella  no deje de reír debe ser indicio de eso ¿no?

Eso es obvio, nada se disfruta más que una buena sonrisa y si le sigue una carcajada descontrolada, mejor… Pudiera ser de las cosas más placenteras que hay, bueno  y si es de ella, es quizá la cosa más especial que te pueda regalar.  

El misterio descifrable de sus ojos, el enigma apañable de sus labios y la ternura de su risa.

Azuré

lunes, 3 de junio de 2013

Obviedades

A veces es bueno hablar de las obviedades, que te diga lo que es obvio o que discutamos lo que ambos sentimos y queremos, aunque eso sea obvio.
Es como decirte que me gustas, que me pareces linda y que tu personalidad es enigmática y tiene un efecto centrípeto en mi ser, decir que al verte mis pupilas se dilatan para poder concentrarse más en la belleza manifiesta que irradia de tu cuerpo.

Es una obviedad que la ausencia de mi mente en mi cuerpo es porque divago en el pensamiento, dibujándote, siempre con tu sonrisa, es adictiva e hipnótica, pasar el día pensando en cómo hacerte mostrarla o causar una que otra carcajada, más que una estrategia para intentar conquistarte, es con un fin más egoísta pues encuentro placer en tu sonrisa.

Hablar de obviedades es hablar de ti, porque es obvio que incluso en indirectas me refiero a ti, que cada vez que late mi corazón es una manera de pedirme que no pierda más mi tiempo, que es obvio que late a un ritmo acelerado por ti.

Es necesario decirlas pues aunque sean obvias, no siempre son deducibles, incluso el mensaje puede despertar la duda. Las obviedades solo tienen un enemigo que es la duda, pues en la duda se encuentra el único elemento capaz de robarle la esencia a lo que es obvio, incluso cuando lo obvio es algo tan claro como el amor.

La duda hace el mismo efecto que dos imanes con los polos iguales, repele, repele el amor, las obviedades y a veces las ganas de quererlo intentar, por ello no seas ingrata y ante un corazón que no titubea en sus ganas de quererte enamorar, sé más obvia con tus obviedades y si fuese necesario bofetéame para hacer que me dé cuenta de que lo que haces no son mas que obviedades en un intento desesperado de hacer que éste corazón ansioso, comience a quererte.


Hay una perfecta simetría entre tus ojos y labios, sin embargo hay un espacio perfecto y basto para que lo estropee con mis labios. Más que mi pensamiento, mi ilusión o mi anhelo, eres mi obviedad, porque a pesar del confort que siento a tu lado, a la vez algo vulnerable, porque como obviedad, es obvio que te quiero.


Azuré

sábado, 1 de junio de 2013

Temporada de Mariposas

No existe tal cosa, una vez yo les seguí el rastro, las busqué y las busqué, hice su recorrido y viaje hasta los confines del mundo.

No hay temporada de mariposas, no se mueven por el tiempo, ni por la temperatura, ellas viajan atraídas por algo distinto, igual que las sendas de los ríos y manantiales que van hacia el mar, la mariposa va hacía el hombre.

Son animales instintivos y como tales buscan como prioridad la supervivencia, dicen que vienen de orugas y hacen capullos para al final volar como mariposas, regresando a su origen que es el hombre.

Todo nace como una intensión, una pequeña oruguita que se arrastra tratando de alimentarse de hojas y viendo donde pudiera colgarse, de igual manera va el hombre buscando alguien a quien amar, lo que es para la oruguita el alimento para desarrollarse y crecer es un alimento emocional para el hombre para desarrollarse y crecer.

Encuentra la oruga un tallo resistente, buenos cimientos algo en lo que aspiró a colgarse y hacer su pequeño capullo, una base donde pudiera desarrollarse y crecer. Busca el hombre una persona con buenos cimientos, aspiraciones similares, sueños, deseos y pasiones, ese es el verdadero material de los capullos, no la seda.

Pasa por los tiempos difíciles de la incertidumbre y el miedo, pasa por la tempestad y por el sol, ante los depredadores y los envidiosos que le quieren derribar, no todos llegan a ser mariposa, no todas las relaciones potenciales se materializan, algunas mueren incluso antes del beso, ¿Qué tan bien buscó la planta la oruguita? ¿Qué tanto comió? y ¿Qué tan bien se arraigo en la planta?, serán los factores determinantes para obtener una mariposa.

Al final, batiendo sus hermosas alas alza vuelo una mariposa, revoloteando por los cielos, planeando en el viento y justo en ese momento llega el primer beso, lo logró el hombre encontró a quien amar, encontró la entrega que buscaba, con cariño desinteresado de lo accesorio, solo con la primicia de poder amar, gozando tal sensación, ¿De qué sirve vivir si no se ama?, uno se vuelve inútil cuando pierde la característica distintiva por excelencia del ser humano.

No existen las temporadas de mariposa, no hay un momento particular, ni un período en específico cuando comienzan a existir. Ellas alzan el vuelo y regresan a su origen. El amor, la mariposa es la representación del amor, más que los sentimientos que derivan del mismo,  el amor crea pequeños seres volátiles.


En realidad no existe temporada de mariposas, al terminar el proceso de desarrollo, al igual que el amor se manifiestan. No existe temporada de mariposas, ellas llegan cuando se meten en el estómago de las personas, por eso se les ve así, por eso vuelan tan graciosamente, cuando se dice que emigran a otra localidad, en realidad acaban de salir del capullo y  una relación se acaba de realizar, por ello vuelan a su origen, a su centro, a su punto de partida y motivo de existir, a estómago de las personas. Cuando estés enamorado y sientas mariposas en el estómago, tómate una radiografía y verás que no miento, que lo acabo de hacer.



Azuré