Un sutil vapor brotaba de su
enervante bebida
En mi corazón seguía desangrando
su herida
Ojos pardos, ¿por qué me has
abandonado?
Que no te das cuenta que todo se
ha olvidado.
Te llevaste contigo los ángeles y
las hadas
Ya nada me resguarda en mis
aventuras
Divago como un loco en las
avenidas
Con un corazón que tiene grandes aberturas.
No va a regresar, me cuenta mi
sombra
Pues a pesar de querer salvarte
logré
Que todo sucediera en mi contra
Me busqué pero fracasé, no me
encontré.
Bebe un poco más de eso querida
Quizá así logres sanar la herida
Que el chocolate embriague tu
placer
Que atarante tus nervios hasta el
amanecer.
Era sábado y ya tenía por
costumbre recordar
De lo lindo que era viajar en tus
hombros
Y así respirar de tu cuello y
poder entrar
Donde se crean todos tus sueños.
Nunca necesité de una droga ni
del alcohol
Siempre me basto para embriagarme
De tu exhalación, anda drógame
Dame más, aliéname con ese aroma
¿Qué tal está el chocolate?, bébelo
que se enfría
No temas por lo que puede hacer
tu tacto
Sigue jugando con tu vaso otro
rato
Quizá jugando con él cedas y sonrías.
No soy ningún mártir, pero
tampoco un maldito
A ratos sé bien que yo te irrito
Pero lo único que busco es tu
consuelo, lo necesito
Que esas lágrimas de dolor se
transformen en amor.
Al final de mi travesía nada me
quedó
Solo conservo el amargo sabor
Del chocolate caliente.
Azuré