martes, 23 de julio de 2013

Saludos, Partidas y Despedidas

Breve y curioso fue el tiempo, la vida es de percepciones y actitudes. A pesar del esfuerzo y del trabajo siempre la he visto como una sátira. Al menos en forma, porque en fondo es un drama, somos seres sumamente emocionales algunos para sobrellevar tanta inestabilidad acudimos al humor. Entonces mi vida tiende a ser una sátira, es intrigante y esa característica hace que varíen los colores de mis días.

Si contara la historia de cómo te conocí dirían todos que fue algo muy efímero e intrascendente, te tardaste en figurar como algo importante en mi vida y no estoy seguro en qué momento te revestiste ante mis ojos con esa importancia, pero lo hiciste, tardé en darme cuenta, pero al menos tan pronto me percaté de ello reaccioné para manifestártelo y con ello te convencí de que te quedaras un rato.

Es una anécdota de atrevimiento y aprendizaje, así lo describiría, pude conocer nuevas facetas de mi  a través de ti, la primera en el sentido de la filosofía que me transmitiste, siempre he cuestionado mucho a la vida y paso las horas tratando de comprenderla y actuar en proporción a mi entendimiento, es algo espantoso; la segunda con respecto a la levedad, la vida no es tan seria, siempre hay tiempo para reír, si en el día no te detuviste a contemplar el cielo, a sentir los rayos del sol acariciar tu piel o dejar que el viento te despeine, no despertaste realmente ese día.

Así fue como comenzaste el encauzamiento en el río de mi cuerpo, haciendo el espacio que necesitaras en mi, en las realidades y en las ilusiones, te fue fácil, resultaste más inteligente de lo que pensé y sabías que yo pensaba así, lo cual te simplificó aún más tu camino. Para mi buena fortuna, tu corazón no te deja actuar con malicia y lo presentaste todo como una lección, no sé si premeditada o sobre la marcha, pero me vi ingenuo y tú lo disfrutaste, debe ser algo similar a la inocencia de los niños, esa que enternece, ese polvo que hace que los ojos les brillen y transmitan la esperanza y den vida a los versos.

De pronto saliste, te fuiste tal como entraste, sin hacer ruido, en silencio, dejándome en la incertidumbre de la espera, con un regreso indefinido en tiempo y fecha, con la única seguridad de que volverías, pero no necesariamente a mi. En el movimiento de las manecillas se posaba mi memoria, recordando, pensando, sintiendo que volvías a estar frente a mi, cada vez que admiraba la realidad comprendía que todo lo que hacía el movimiento hipnótico análogo del tiempo, era un simple hipnotismo de expectativa en la espera.

Tanto me ayudaste a conocerme que me faltó un poco más aprender de ti, me dejaste con lo básico, lo necesario para sobrellevar una relación, pero yo quería lo que resguardabas detrás del muro, nunca me había sido difícil descifrar a alguien, pero el enigma de tus ojos y el silencio de tu alma me llamaban a querer saber más. Quizá fue porque comencé a penetrar la barrera, dejando atrás la zona de confort, o fue el hecho de que comenzaste a sentirte segura después de años de inseguridad e independencia, lo que ocasionó que te marcharas.


Solo sé que en las noches de 26 de marzo, recuerdo el enigma de tus ojos y el silencio de tu alma, lo pienso, lo estudio, lo admiro y finalmente lo comprendo, tú no querías estar aquí.


Azuré

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