jueves, 4 de abril de 2013

No hay puerto mí capitán


Emprendimos este viaje hace tiempo, vinimos en semblanza a esta inmensidad
hermosa como solo el mar en tempestad. No estamos seguros de quien comanda éste navío, a veces tiene arrebatos de pasión quien toma el timón, otras veces pareciera que es Sócrates quien comanda a la tripulación, si tan solo supieran trabajar en unión.

Hay meses buenos en los que las pesca es generosa y Poseidón nos permite vivir de las criaturas que viven en su cuerpo, es cuando creemos que el destinó tomará otro rumbo, ah si en algo no hemos de creer los marinos es en la suerte, eso no puede existir en el mar.

En una relatividad abrupta cambian nuestras estrellas y la senda se complica, hemos pasado hambre, frío, deshidratación, insomnio y casi, por muy poquito se roban todos nuestros sueños.

Es muy difícil hacerla de aventurero, es muy complicado navegar, cualquiera diría que es cuestión de cerrar los ojos y saltar al abismo pero no, hay cosas que la improvisación no sabe conllevar.

Hemos navegado en el mar negro, rojo, muerto, mediterráneo, pacífico, atlántico  y en el mar de tus ojos, ninguno nos ha dado la más mínima expectativa de poder llegar a algún lugar.

Hace meses que no estamos seguros de qué piensa quien maneja el barco, no sabemos en que momento virará el timón nuevamente dando órdenes. Ha tropezado, ha caído e incluso una vez dio la orden de que preparemos las cosas que volvemos a casa y justo cuando empezamos a cambiar el orden de las velas recapacitó y con tremendo estruendo gritó, “No cedáis ante la tempestad de este viejo titán (el mar)”, a lo que nosotros respondimos, capitán… No hay puerto capitán, no se ve ni se ha visto tierra desde que salimos y si a lo lejos se ha visto una isla no ha sido mas que un espejismo.

Y cómo se le puede culpar al viejo si esto es algo nuevo para todos, nunca habíamos navegado en aguas que no estuvieran trazadas en algún mapa. Las nubes han sido grises, han sido negras y ha tocado un cielo despejado, con un tatuaje de sirena en el brazo derecho como símbolo de que somos nómadas en el mar, en busca de saciar una ambiciosa pasión aventurera, un ideal por bandera y un amor en el atardecer.

Capitán, no hay puerto mí capitán, aún no hemos llegado a tierra y cada día la tempestad incrementa un poco más, sigamos andando mi capitán no se desanime que después de la tempestad llega la calma y para todo corazón que se ha perdido hay una luz.


Del Cazador de Sirenas.

2 comentarios:

  1. Muy bueno. La vida es un mar que está hasta la madre de sorpresas. Cosas buenas, cosas malas. A final de cuentas, no te la tomes tan en serio, porque nadie sale de ella vivo.

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  2. "A veces tiene arrebatos de pasión quien toma el timón, otras veces pareciera que es Sócrates quien comanda a la tripulación, si tan solo supieran trabajar en unión."

    Tú. Excelente.

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