Se derrite lentamente el vacío existencial
La fuente deslumbrante que brota de su mirada
Encuentra un fundamento para ser en la respiración
Mil canciones que su corazón le prohíbe cantar.
Sus lágrimas llenaban el fondo de un jarrón.
El ácido aliento exhalado por su alma
Lo desgarraba por dentro y retorcía sus palabras
Penetraba por su boca como el pico de un colibrí
Resonaba de una manera violenta, mis ojos abrí.
Despertó solo en un valle de ilusiones furtivas
Creía que al menos el soñar lo mantendría con vida
Lo último que pudo recordar fue aquella flor
La única que logró desarrollarse en el desierto.
Empeñó su vida en encontrarla para hacerla suya
Poder saborear el dulce néctar de la miel
Fantasear con el suave rose de sus pétalos
Quitarle las espinas, no puede haber en esa flor.
El viento le recordaba cada segundo que pasaba
Que el tiempo su curso por nada pausaba
Gritó al cielo en busca de su estrella
Para encontrar ahí el confort que ella;
Nunca le pudo dar.
Azuré
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