He sentido la felicidad, la tristeza, la pobreza, el éxito, me gusta creer que el amor. Que he sido capaz de amar. Ningún sentimiento se puede ni se podrá comparar con la belleza que causa la sensación de ser humillado, doblegar tu orgullo, sufrir y hacerlo por amor. Como si le diera un baño a mi alma.
Sin exigencia, solo renuncia, sin rencores solo transformando tus dolores, utilizar el lienzo para reflejar la magnificencia de nuestra existencia. Mientras intentaba alcanzar el tren del pensamiento que partió en aquella ocasión (la última vez que lo vi) de la estación de mis sueños, tomando a los mejores y más anhelados hacía mi corazón , así enamorarme de ellos y acometerlos con una gran pasión.
El tren partió y no lo pude alcanzar y en con él partieron, para nunca volver.
En lo que trabajaba y lo que hacía me reconfortaba y me satisfacía, pero la locura que en mis venas corría y la pasión desmesurada que compartía con mis hermanos poetas, ya no la sentía. Comencé a desvanecerme en la sombra de lo que quería hacer, aunque aún luchaba por lograr otros sueños y demás fantasías, la que más había anhelado… ante mis ojos, desvanecía.
Intenté tocar mi rostro en el espejo, no podía creer lo que veía me había consumido en tiempo y salud, mi alegría se había convertido en esclavitud.
Un destello de luz me recordaba a través de una colección de imágenes lo que yo era en realidad y como el tren en cualquier momento podía regresar, era mi memoria y me llevó a los momentos más felices como parte de la creación. No me pude resistir y dejé de ignorar a mis recuerdos, al recuperar aquella pasión desvanecida el tren regresó, 1 año y medio después a mi volvió.
Qué hermoso es ser humillado y doblegado, sentir una insignificancia tan profunda y una dependencia absoluta a quien con amor nos creó, sentir como el alma llora y sufre atrapada en un cuerpo, condenada a animarlo por un número indeterminado de años, y compartir los pesares del mismo, insignificancias y tonterías, todo por estar creyendo ridículas fantasías.
Al final de aquella aventura, ya dentro del tren, desesperado por la incertidumbre en rumbo de mis sueños grite al cielo “Por qué”, juro que en ese momento una voz extraña me gritó “Salte de ahí” ante la sorpresa me puse de pie y camine un poco ya en otro asiento ocurrió de nuevo “Salte de ahí” y gritaba mi nombre, salté de aquél tren cuya siguiente parada era en la estación “Esfínter” y continué mi camino en un exploración de mi interior, con la esperanza de poder encontrar el tren del pensamiento indicado, que me encamine a donde realmente tengo que llegar.
Azure
Inspirador, y yo, aun esperando ese tren.
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