Mientras buscaba el octavo color del arcoiris
Y el viento peinaba su hermosa y larga cabellera
Un pestañeo liberó un dulce llanto gris
Tomó asiento y arrancó una flor, a sabiendas que
Sus sueños nunca llegarán a la primavera.
Recostó su mano sobre su pecho, y lo sintió
Claramente estaba latiendo, el mismo altanero
Algún día lo habrá de controlar, no puede seguir
Latiendo conforme a sus gustos y su voluntad
Ella sabía que a él lo tenía que controlar.
Estrujó el brote de vida de la madre tierra
Y gritó, con dolor y llanto en sus ojos
Exclamó su ira contra la vida y su miseria
El amor no es algo tan maravilloso
Después de todo sigue siendo una irrealidad.
Quizá los sueños no son magia y fantasía
Limitémoslos a ser un escape de la realidad
La pasión no va de la mano con el placer
Las canciones no darán a los niños de comer
Y cuando te preocupas por todo sufres vanidad.
El amor no une a dos almas predestinadas
Condena a dos pobres ilusos a la miseria
La pasión no alebresta, el alma del poeta
Simplemente algunas noches lo atormenta
Los pentagramas han borrado las composiciones
Abran paso, que ya vienen los traidores.
Sus tiernos ojos azules se habían secado
Dentro de ella dejó de llover, salía el sol
El canto angelical del consuelo divino
A ella alivió, no lo necesitaba más
Todo, cuando se quiere, es sólo una ilusión.
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