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"Labios rojos... Mi musa tiene labios rojos" |
Más allá del
olvido, existe un cementerio de
sueños, no se convirtieron ni en pesadillas. Simplemente murieron, bueno, no
existe la muerte natural para ellos, simple y sencillamente los asesinaron.
La lluvia borró
su recuerdo y en sus lápidas ni los nombres de los soñadores pusieron, terminan
vagando como almas pérdidas en un mundo metafísico, así nos sucedió.
Existen sueños
mancomunados, los cuales pululan en los niveles del amor desde Eros hasta
Ágape, todos los niveles están infestados de ellos, de todos aquellos amantes
que fueron traicionados, los que mintieron, los que estuvieron pero no supieron
estar, los que llegaron y no supieron quedarse, los que recibieron todo y se
fueron, dejando al que dio con nada, solo recuerdos.
Ah no se deben
confundir los recuerdos con los sueños, pues los recuerdos existieron en
nuestra realidad y los sueños no bajaron del mundo metafísico por la
imposibilidad física ocasionada por las variaciones equívocas del “amor”[1].
El amor
verdadero es puro, es humilde, es sencillo, es espiritual, es renuncia, jamás
un derecho sobre otra persona sino dejar todo por la persona en un nivel de
reciprocidad que al dejar todo o al convertir esa unidad, el todo es de ambos o todo queda fuera
para que en par se cree un nuevo todo.
Más allá del
cementerio de sueños, estas tú y existes en mí mundo metafísico y en mi mundo
carnal, te desplazas a tu voluntad cambiando la realidad a tu gusto, borrando
las memorias y viajando en el tiempo clavando nuevas dagas en el corazón o
quitando algunas otras, todo se adecua a ti.
Tu naturaleza
excitante hace que mantengas un estado de embriaguez en quienes vigilan la
dimensión en la que te desplazas, tus palabras fueron los clavos con los que
ahora crucifican el pasado y presente de mí cerebro, no diré que el futuro
porque siempre es susceptible de cambios, sin reproches diré que lo más
fascinante de tus efectos en mí, más allá del anestésico es que me encanta
recordar la persona que me hacías ser, ya sabes.. El soñador, peleador, de
corazón infatigable, con una entrega total, motivado a trabajar en el presente
para darte un futuro, no he sabido como regresar a esa versión mía, quizá sigo
perdido o nunca lo fui.
Hoy ante éste cielo tan azul y frente a todos los niños que
juegan a la pelota frente a mí, te pido que sonrías, nunca te viste tan guapa como cuando sonreías, y te recuerdo
que el amor que existe pues no se puede hablar de que existió porque implicaría
la muerte del amor lo cual es absurdo pues si el amor puede morir ¿Qué le diré
a mi alma? El amor solo se crea y se transforma, jamás se destruye.